Depósitio Sonoro

Nirvana

Desde CAN a The Specials, My Bloody Valentine y más, escucha más de 900 Peel Sessions

La importancia del Dj John Peel de la BBC Radio en Gran Bretaña es un legado que vivirá para siempre, revolucionó la radio, la forma de entenderla y escucharla y abrió un portal infinito que seguimos disfrutando gracias a sus Peel Sessions. John Peel falleció en 2004 sigue siendo una fuente inagotable de descubrimientos musicales que aun siguen dando mucho sentido al panorama de variedad y discursos que la música en general tienen que ofrecer.   Escucha a continuación más de 900 sesiones de su legado frecuencial bellamente registrado, que incluye a bandas como The Cure, Buzzcocks, PJ Harvey, The Fall, Pavement, The Smiths, Killing Joke, Julian Cope, Pixies, The Jam, My Bloody Valentine, Nirvana, Sonic Youth y muchos más en dónde se logra envolver esa magia. Ingresa al portal sónico y decide cuáles escuchar, en este link:  escucha más de 900 Peel Sessions.

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Desde Brian Eno a Nick Cave, 10 covers bizarros en honor a Johnny Cash

Johnny Cash nació en 1932 y dio vida a algunas de las canciones más emblemáticas del gospel y el rock & roll de la historia. A continuación, te presentamos 10 covers para definir su impacto musical   Johnny Cash era ya una leyenda desde antes de su muerte: su actitud y vivencias forjaron algunas de las historias más increíbles que hemos conocido de un marginado de la sociedad, quien termina dándole voz a todos por igual. Con el paso del tiempo varios artistas lo amaron, adoraron y respetaron. Hoy, fecha en la que hubiese sido su cumpleaños 88, te presentamos una selección de covers que dimensionan su alcance e influencia. Además de ser versiones rarísimas y, sobre todo, peculiares en manos de: Nick Cave, Brian Eno, El Otro Yo, Queens of The Stone Age, Chris Cornell, Marylin Manson, Nirvana, Everlast, Iron And Wine y Stick Figure. Disfruten. 1.- Brian Eno – “Ring of Fire” 2.- Nick Cave And The Bad Seeeds – “The Singer” 3.- Queens of the Stone Age – “Dark As A Dungeon” 4.- Chris Cornell – “You Never Knew My Mind” 5.- El Otro Yo – “You Are My Sunshine” 6.- Marilyn Manson – “God’s Gonna Cut You Down” 7.- Nirvana – “I Walk The Line” 8.- Everlast – “Folsom Prison Blues” 9.- Iron & Wine – “Long Black Veil” 10.- Stick Figure – “Folsom Prisom Blues” versión dub

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Se viene “Man in the Box”, documental de Layne Staley de Alice In Chains

Ya está en proceso el documental Man In The Box de Layne Staley, quien fue un vocalista sobresaliente  de la generación de bandas de grunge nacidas en Seattle en los años 90   Layne Staley gozó de varias glorias por su paso en Alice In Chains, le dio voz a todos aquellos marginados que encontraron un sentido en sus letras, la música de su banda también era distintiva y diferente a las de Nirvana o Pearl Jam. Layne grabó con Alice In Chains cuatro discos de estudio y un MTV Unplugged hasta el año 2000, dejando el Dirt como uno de los discos más influyentes de la agrupación. Dos años más tarde, en 2002, falleció después de mucho tiempo luchando contra su adicción a las drogas.

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Del underground al mainstream: 25 años del MTV Unplugged de Nirvana

Han pasado 25 años desde el lanzamiento del más exitoso y popular Unplugged de MTV, nos referimos al de Nirvana   Si bien todos conocemos el desenlace de la banda y de Kurt Cobain, y cómo después de salir de una escena underground y sucia entraron a un mundo dominado por las grandes corporaciones musicales, destacamos los puntos, influencia y trascendencia que ha tenido esta grabación. Desde la ambientación y los fallos que la banda tuvo durante la interpretación de varias de las canciones, hasta cómo las convirtieron en míticas. Es un disco que alguna vez te acercó al rock and roll y que algunos decidieron, probablemente, seguir el camino de la música y devoción por la banda y, otros simplemente lo recuerdan o conocieron, con el paso del tiempo y se despidieron de él.   Lo que nosotros queremos recordar y, destacar al mismo tiempo, es que Kurt era un gran escucha musical de gustos geniales y lo-fi, no por ello en el Unplugged se incluyeron covers a los Meat Puppets, The Vaselines, Leadbelly y “The Man Who Sold The World”, de David Bowie. Una cosa hay que aceptar: ¿cuántas personas que conocemos piensan que es canción original de Nirvana? La hicieron suya. Y en ti, ¿qué cambió después de escuchar este disco?

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Kurt Cobain: el último suspiro

A 26 años de su repentina muerte, el 5 de abril sigue siendo un duro golpe a la memoria de millones de fans de Nirvana que año tras año continúan recordándole. Quise retomar un extracto del último capítulo de ‘Heavier Than Heaven: ‘Un final a la Leonard Cohen’ en donde Charles R. Cross intenta recrear de forma metódica las últimas horas del ícono de la Generación X. “En las horas previas al amanecer del martes 5 de abril, Kurt despertó en su propia cama, con las almohadas impregnadas con el perfume de Courtney, una fragancia que había percibido por primera vez cuando ella le envió la caja de seda y encaje en forma de corazón hacía tan solo tres años. Hacía frío en la casa, así que había dormido con la ropa puesta, incluido el abrigo de pana marrón. En comparación con las noches que había dormido a la intemperie en cajas de cartón, no era para tanto. Llevaba su cómoda camiseta de Half Japanese (un grupo de punk de Baltimore), sus Levi’s favoritos y, al sentarse en el borde de la cama, se ató los cordones del único calzado que tenía: un par de tenis Converse. La televisión estaba encendida, con MTV sintonizado, pero sin sonido. Se acercó al equipo de música y puso Automatic for the People de R.E.M, con el volumen bajo para que la voz de Michael Stipe sonara como un agradable susurro; Courtney encontraría posteriormente el equipo encendido aún y el cd puesto. Kurt encendió un Camel y se recostó en la cama con una libreta tamaño oficio sobre el pecho y un bolígrafo rojo de punta fina. Por un momento se quedó embelesado ante la blanca hoja de papel, pero no por culpa del llamado bloqueo del escritor, sino porque llevaba semanas, meses, años, imaginando aquellas palabras. Se quedó parado solo porque hasta una hoja de papel tamaño oficio le parecía sumamente corta, finita a más no poder. “Sabes que te quiero -había escrito en aquella carta- Quiero a Frances. Lo siento. Por favor no me sigas. Lo siento, lo siento, lo siento.” Kurt había seguido escribiendo lo siento hasta llenar la página entera. “Ahí estaré -proseguía la carta-. Los protegeré. No sé adónde voy, simplemente no puedo seguir aquí.” Escribir aquella nota le había supuesto un gran esfuerzo, pero sabía que aquella segunda misiva revestía la misma importancia, y debía ser cuidadoso con las palabras que iba a elegir. La remitió “A Boddha”, el nombre de su amigo imaginario en la infancia. Con una letra deliberadamente diminuta, escribió un texto corrido sin atender a las normas de la gramática, extremando al máximo la redacción de su contenido con el fin de garantizar la comprensión de todas y cada una de las palabras. Mientras escribía, la iluminación de la tele en MTV le proporcionaba gran parte de la luz que necesitaba para ver, pues aún no había amanecido del todo. Cuando dejó de escribir, le faltaban cinco centímetros para llenar la hoja por completo. La redacción de la nota le había costado tres cigarros. No tuvo tiempo de reescribir aquella carta veinte veces como había hecho en muchas ocasiones en sus diarios; se hacía de día y necesitaba actuar antes de que el resto del mundo despertara. Para concluir la carta puso: “Paz, amor, empatía,  Kurt Cobain”, prefiriendo escribir su nombre completo a estampar su firma. Subrayó la palabra empatía dos veces, un término que había empleado en cinco ocasiones a lo largo de su carta suicida. Añadió una línea: “Frances y Courtney, estaré en su altar”, y se metió el papel y el bolígrafo en el bolsillo izquierdo del abrigo. Kurt se levantó de la cama y entró en el armario, donde retiró de su sitio un tablón de la pared. Dentro de aquel cubículo secreto había una funda de escopeta de nailon color beige, una caja de cartuchos y una caja de puros Tom Moore. Volvió a colocar el tablón en su sitio, se metió los cartuchos en el bolsillo, tomó la caja de puros y se cargó la pesada escopeta sobre el antebrazo izquierdo. De un armario situado en el pasillo sacó dos toallas; él no las necesitaba, pero harían falta después… Bajó despacio los 19 escalones de la amplia escalera. Había pensado en todo, lo había planeado todo con la misma previsión con la que concebía las portadas y los vídeos de sus discos. Habría sangre, mucha sangre, sería un asco, y no quería que su casa acabara así. Al entrar en la cocina pasó por delante de la puerta donde Courtney y él habían empezado a marcar la altura de Frances a medida que crecía. De momento solo había una señal, una rayita en lápiz con el nombre de su pequeña a 79 centímetros del suelo. Kurt no vería nunca marcas más altas en la pared, pero estaba convencido de que la vida de su hija sería mejor sin él. No vería jamás a Courtney, a Krist, a Dave o a Pat. No volvería a ver su madre Wendy, ni a su hermana menor Kim, no volvería a tocar la guitarra, no volvería a grabar un disco, ni una canción. Jamás volvería a gritar a través de un micrófono. Una vez en la cocina abrió la puerta de la nevera y tomó una lata de cerveza Barq, sin soltar en ningún momento la escopeta. Con tan inconcebible carga encima (una lata de cerveza, un par de toallas, una caja de heroína y una escopeta, objetos que posteriormente se encontrarían formando una extraña asociación), abrió la puerta que daba al jardín trasero y atravesó el pequeño patio. Despuntaba el amanecer y la bruma del alba se cernía sobre la tierra. Así eran la mayoría de las mañanas en Aberdeen, húmedas y frías. Nunca más volvería a ver Aberdeen, nunca más treparía a lo alto de la colina Think of Me, nunca compraría la granja con la que había soñado en Grays Harbor, nunca más amanecería en la sala de espera

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Nirvana y el poder catártico del Nevermind a 29 años

¿Qué más se puede decir de un disco como el Nevermind? Más allá de lo que ya todos sabemos de este enorme portento musical: millones de discos vendidos; Smells Like Teen Spirit como la rola que definió a una generación; el trabajo de Butch Vig como productor; la escena emergente de Seattle y la importancia de MTV como catalizador de la escena grunge, etcétera, preferí abocarme a escribir lo que realmente significa para mí el Nevermind de Nirvana, que el día de hoy cumple 29 años.  Una solitaria criatura de apenas 4 meses flota desnuda en una piscina, sin ninguna complicación aparente y frente a ésta flota de manera tentadora el símbolo de poder más grande de la civilización occidental: un billete de un dólar fijado a un anzuelo de pesca. Tal vez, fue una metáfora de lo que significó la llegada de Nirvana a la industria musical y al consumo masivo: un grupo ingenuo y retador al mismo tiempo.   La primera vez que vi la portada tenía 5 años y fue gracias al tío rockero, que en ese entonces estaba tan metido en el grunge que decidió comprar los discos de Pearl Jam, Alice in Chains y Nirvana. La sola imagen del bebé desnudo era todo un escándalo para la moral de una familia católica de clase media mexicana. Obviamente yo no sabía nada de eso y básicamente me valía madre.   Sin embargo, esa poderosa imagen regresaría a mí durante la adolescencia para acompañarme en mi primer fracaso amoroso, la primera gran discusión con mis padres y la subsecuente salida de mi casa para vivir con mi abuela, mis primeras borracheras en la Voca 11, mi primer relación sexual, mi acercamiento con algunas drogas, el sentimiento de fracaso, el miedo de no saber qué hacer con tu vida a los 16 y algunos sinsabores más de la vida y del amor que se vieron envueltos entre canciones como Lounge Act, In Bloom, Lithium y Come As You Are; mientras que Territorial Pissings, Breed, Stay Away y Smells Like Teen Spirit, se convirtieron en mis mejores amigos al momento de querer romperle la cara a alguien y liberar toda esa energía contenida durante años. Los momentos más depresivos llegarían, por supuesto, de la mano de Drain You, Polly, On a Plain y Something in the Way de manera tan visceral y acertada que pereciera que las canciones me hablaban directamente a la cara. Resultaba muy fácil identificarse con el sonido y las letras, aun cuando se tratase de una banda norteamericana con otro nivel de vida (aparentemente) y otras raíces culturales. Al final, no éramos tan diferentes. Y a pesar de los detractores de Nirvana, (quienes siempre vieron una banda punk muy simplona a nivel musical) lo que queda como legado aparte de lo obvio, es un mensaje muy claro: No necesitas ser un virtuoso de la música, no necesitas maquillaje, ni pantalones de cuero, no necesitas ser un símbolo sexual, ni tener un mensaje político-social para ser un rockstar; lo único que necesitas es un poquito de actitud y un mensaje claro, contundente: Cualquiera puede tocar una guitarra y gritarle al mundo que está hasta la madre de todos y de todo. Saber eso cambia totalmente la perspectiva de un género dominado por personajes inalcanzables e intocables. Es ahí donde el discurso de Nirvana toma fuerza y se convierte en un momento crucial para la historia del rock: Todo el mundo estaba hasta la madre de Guns and Roses, Michael Jackson y Madonna. Era el momento de algo nuevo y Nevermind llegó en el momento preciso para cambiarlo todo. Larga vida a los poderes catárticos del Nevermind y al trabajo de Kurt Cobain.  

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