Sabíamos e imaginábamos fuertemente que el Nrmal 2020, con probablemente su edición más “vulnerable” de todas hasta ahora, podría convertirse en una de las que más disfrutaríamos; y así lo vivimos en letras y postales. Nunca nos decepcionó. Nunca Fumata es uno de los grupos nacionales más poderosos del stoner/doom/sludge y eso quedó claro en su energética presentación, pues la combinación y experiencia que les ha dado a su miembros estar en otras bandas como Vinnum Sabbathi, Terror Cósmico, El Ahorcado, Nazareno el Violento y Apocalipsis los hace ser únicos. Los decibles estuvieron por los cielos. Jackie Mendoza le dio mucho color al festival con sus vibras pop-piscodelicas-experimentales, pasó de sus poderosas cajas de ritmo a controlar el escenario con su voz cósmica: los portales perfectos para recibir las nubes de la tarde. Belafonte Sensacional dejó claro que es actualmente una de las bandas más queridas y representativas de la escena nacional, desde sus letras y su energía: una banda que en vivo destacó por sentirse como en casa dentro del festival Nrmal y, más allá de que por obvias razones lo estuvieron, agregaríamos el calor y la cantidad de amigos que se dieron cita para disfrutarlos y hacer de ello algo muy emotivo. El gran Mateo Kingman nos sorprendió con una música electrónica con guiños al IDM, pero en versión tropical y naturalizada hacia la energía que la flora ecuatoriana inspira su música, fue el preámbulo perfecto para que el baile estuviera a flote. Wand tiene una brecha entre el dream pop y la psicodelia muy padre en vivo, las atmósferas que crearon con sus guitarras atraparon a todos los asistentes, muchos encantados y otros dejándose encantar y sorprender, destacamos la selección musical de su set y el gran final del mismo. The Sea And Cake puede ser tu próxima banda indie de tíos cincuentones que no conocías y, que si conocías, seguro mojaste un poco tus ojos de la emoción y de lo que representaba verlos por fin arriba de un escenario como el Nrmal. Emotivos y super finos, un viaje y homenaje a la música bonita y bien hecha con una destreza en vivo de sus instrumentos, que te dejan mucho que aprender y reflexionar. Byetone es una bestia, Raster Noton a la máxima potencia, fue por excelencia el acto de corte de electrónica de avanzada glitch más futurista de la tarde-noche. Todos quedamos robotizados ante su poder y espectáculo. Bush Tetras son el espíritu punk de aquellos que no han ido un poquito más allá de Patti Smith. Son sensacionales en vivo, amadas y ovacionadas, lo que la música hecha por mujeres necesita hoy más que nunca y siempre. Da gusto ver el cariño y desenfreno con el cual nos entregamos a su presentación. Juana Molina es casi una diosa, el cierre del Nrmal más emocionante que recordamos en mucho tiempo, y, más allá del espectáculo, por su presencia: en realidad, varios no lo esperaban. Sin duda fue hermoso llenarte de sus vibras chamanezcas y conjuros sudamericanos que combina con guitarras y música electrónica de una manera tan especial y única, dio un show 10 de 10. Ruiseñor finalizó la edición en una carpa pequeña ubicada casi al centro del deportivo en lo que mejor sabe hacer; combinar ritmos y temas de electrónica de diversos géneros que no puedes dejar de bailar. En Nrmal siempre hay cosas que descubrir o revalorar. Feliz décima primera edición a uno de nuestros festivales favoritos, no extrañamos a nadie y no hizo falta nadie, fue inolvidable como siempre. La esencia de este festival, al final, siempre es descubrir sonidos nuevos. Crónica por: Rob Anaya Fotos por: Diego Navarrete