Carl Wilson es autor de uno de los libros más provocativos de los últimos años. Hablar de los gustos musicales, siempre trae consigo una ola de opiniones, entre lo que nos gusta, lo que no nos gusta y lo que odiamos. Para el autor y para un grosor de las audiencias, Céline Dion es una de las artistas más odiadas en el mundo y es en ella en quien basa su libro ¿Qué lleva a la canadiense a ganarse ese título? Bueno, a través de su texto “Música de mierda” Wilson nos sumerge por una serie de argumentos que van desde los históricos, hasta el rigor de un periodismo musical documentado. A lo largo de sus páginas, el libro nos encara a la construcción de nuestros gustos musicales, los esnobismos culturales y los gustos culposos. ¿Qué es tener mal o buen gusto musical? ¿Cuáles son los criterios para determinar eso? Y sobre todo ¿Por qué odiamos tal tipo de música? Aquí las impresiones del autor sobre Céline Dion, los snobs y la música de mierda. 1.- Sabemos que el título original de tu libro era “Hablemos del amor” pero la casa editorial catalana Blackie Books decidió traducirlo como “Música de Mierda” ¿Te gusta este título? Nunca estoy muy seguro que pensar de eso, la gente de la casa editorial me dijo que es una frase muy común en España, y que la palabra mierda no es tan fuerte como en inglés. Me parece muy simpático, y decidí confiar en sus instintos cuando me lo sugirieron. Aunque me preocupa que pierda la ambigüedad del título original. Se llama “Hablemos del amor” porque es el título del álbum de Céline Dion y era el formato de la serie 33 ⅓ para usar el título del álbum como el nombre del libro. Sin embargo, me gusta temáticamente, ya que el gusto es un sistema de amores y antipatías, y para mí significa “Hablemos del gusto”. El título original y los títulos de los capítulos eran más simétricos. Tengo miedo de que el título en español haga enojar más a los fans de Céline Dion de lo que yo quería. 2.- Henry Raynor dice que “Estar lo bastante al tanto de cierto tipo de música como para detestarla, es estar influido por ella” ¿Estás influenciado por Céline Dion? Ella ha tenido una gran influencia en muchos años de mi vida, al menos profesionalmente. De hecho siento un profundo afecto por Céline en este momento. Me he comprometido y vivido mucho con su presencia. Regresando a la pregunta, también es verdad que lo que no nos gusta nos influencia en muchas maneras: Afecta nuestra imagen cuando uno se define en contra de ciertas cosas. Puedes ver esto políticamente, y se extiende dentro de la cultura. Mucho del objetivo del libro es cuestionar esos reflejos, e imaginar una estética que no se define a ella misma contra las cosas. Mientras sigo perdonando lo que no me gusta por diversión, ya soy más cauteloso de ello ahora, especialmente cuando parece que me hacen ser mejor o más auténtico que los demás. Ese proceso es uno donde Céline me ha influido mucho, no solo como mi caso de estudio, sino en las cualidades que ella tiene. Su urgencia para calmar el conflicto o su deseo de universalidad. 3.- En el libro hablas acerca del principio de tu odio hacia Céline Dion, y tiene una relación directa con el artista de culto Elliot Smith. Cuentas como Smith defendió a Dion por ser amable y modesta. Si un músico como Elliot Smith lo dice, ¿hay una posibilidad de que nosotros estemos equivocados acerca de Dion? Bueno, el ejemplo de Elliot Smith fue una forma de poner mis sentimientos en la historia más que hablar de él individualmente, lo que sí, es que me sorprendió como defendió a Céline. Al final, esa historia sugiere desde el principio que Smith tenía razón y yo estaba equivocado, y es de lo que trata el resto del libro; discutir porqué. 4.-Si pudieras entrevistar a Céline Dion ¿Cuál sería tu primera pregunta? Lo que más me gustaría preguntarle es cómo maneja toda la negatividad y burla dirigida hacia ella, particularmente en los años 90, y qué pensó que lo provocaba. Intenté un par de veces hablar con ella, pero creo que su equipo la protege de cualquier cosa que sugiera algo negativo. (Precisamente por esas experiencias). También me gustaría preguntarle que caminos musicales seguiría si pudiera quitarse la presión comercial de su carrera. 5.- ¿Qué caso odiarías más: Tu vecino usando una playera de tu banda favorita sin saber nada de música, o tu vecino escuchando todo el día “Let’s talk about love” de Céline? Asumiendo que puedo escuchar a través de las paredes, es terrible cada vez que un vecino escuche la misma música una y otra vez, no importa si es Céline o alguien que me guste. Ése sería el problema más grave. Creo que lo de la playera no me molestaría en lo absoluto. Ya no quiero ser el policía de los gustos de otras personas, ni siquiera de los míos. No es una buena forma de relacionarse con la estética. 6.- Si tuviéramos que cocinar al perfecto snob de la música ¿Cuáles serían los tres ingredientes principales que escogerías? El perfecto snob de la música sería como un monstruo, un psicópata de la estética. Mis tres ingredientes serían: falta de empatía, una obsesión por ser cool y una buena memoria para trivias obscuras. 7.- Dicen que los millenials escuchan de todo, desde Kendrick Lamar a Westlife. ¿Todavía hay espacio para el odio hacia la música? La gente definitivamente sigue odiando canciones, ya sea por sobre exposición, razones ideológicas u otras asociaciones, pero creo que hay menos de eso actualmente de lo que solía haber antes. Estamos en un estado poco inusual de apertura, lo cual me hace feliz. Por otro lado, creo que generalmente la música no significa tanto para la