Depósitio Sonoro

Nostalgia

Sanación y espiritualidad, la música new age de América de 1950 a 1990

I Am The Center: Private Issue New Age Music In America 1950-1990 es un excepcional compilado que encapsula el espíritu de la sanación a través de la música. Desde Laaraji, Alice Damon, JD Emmanuel, Daniel Kobialka y más, descubre, escucha o recuerda a algunos de los mejores exponentes de la música new age, siempre cargada a los mundos más espiritualistas y lugares de ensoñación natural. I Am The Center es una pintura que alumbra el paisaje en general, de una manera espléndida sobre estos sonidos que invita a los oyentes por fin a la fuente principal de vida de las grandes luces de un género incomprendido, o quizás, no muy apreciado, pero que siempre ha sido concebido con amor y presentado con esplendor, ideas y sentimientos.

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Cómo el disco Time Out, de Dave Brubeck, cambió la música jazz

Recordamos el innovador álbum de jazz de Dave Brubeck, Time Out (1959). Este es un álbum que regularmente encabeza las listas de los mejores, se reedita constantemente y es tan omnipresente en algunos círculos que es difícil escuchar con oídos frescos. Sin embargo, eso no le quita su grandeza. Time Out, merece un ensayo completo. Brubeck se unió a Benny Goodman, Louis Armstrong y Dizzy Gillespie en una gira musical que llegó a muchos países detrás del Telón de Acero y pudo criticar la historia racista de Estados Unidos al mismo tiempo que promovía su cultura musical. Fueron los polirritmos y la música folclórica que escuchó mientras viajaba por países como Turquía (de donde desarrolló “Blue Rondo a la Turk”) lo que se quedó con él a su regreso. Time Out fue el decimocuarto álbum de Brubeck para Columbia Records, pero su gran avance fue notable. Hasta ese momento, él y su cuarteto habían lanzado varios álbumes en vivo grabados en universidades (que promovían un tipo de jazz seguro pero moderno y estudioso) y varios álbumes de versiones de jazz, como Dave Digs Disney. Pero Time Out era una especie de álbum conceptual completamente formado: una exploración al jazz que aun nadie había tocado. El baterista de Brubeck, estaba bien versado en compases complicados de su formación clásica como violinista. Fue Morello quien experimentó con un ritmo en 5/4 que se convirtió en la columna vertebral de “Take Five”. Brubeck supo algo bueno cuando lo escuchó y le regala a Morello uno de los mejores solos de todo el LP. Lo mejor de todo es que Time Out es uno de esos álbumes clásicos por cómo mezcla lo experimental con lo comercial, una hazaña difícil en cualquier época, pero aún más impresionante en el mejor de todos los años del jazz, en 1959. Brubeck continuó explorando en la secuela de este álbum, Time Further Out, de 1961, que también recomendamos, aunque sinceramente no al nivel del Time Out, que es único.

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35 años de Psychocandy de The Jesus And Mary Chain, pasión, ruido y melancolía

Lanzado al universo musical un 18 de noviembre de 1985, el álbum debut de The Jesus and Mary Chain sentó muchas de las bases de géneros que después vendrían a clasificarse como shoegaze, alternativo o noise garage, entre muchos otros. Era el nuevo punk, la prensa británica inclusive les llamó los nuevos Sex Pistols por la conexión social que tuvieron con toda la juventud de aquellos días a través del Psychocandy que cumple 35 años. Su lugar en la historia de la música ha sido permanente y con toda dignificación, no hay nadie que no esté relacionado al género y que no haya pasado por este disco, Psychocandy sigue siendo una referencia explosiva y autónoma, un golpe a la industria de la música dominada por super estrellas. Así pues, los hermanos Jim y William Reid comandando el espíritu de JAMC, comenzaron la grabación de este disco inspirados en  bandas que escucharon cunado eran unos adolescentes, el arte de The Stooges, The Saints, The Clash y The Velvet Underground, fueron sus héroes en sonido más la admiración que sentían por Phil Spector, todo eso en conjunto fue una locura total de lo que ahora es considerada una obra de culto.  La pared de sonido y su paleta de noise en las guitarras es la mejor manera de describir este álbum. Un sonido que surgió como un accidente y de tocar lo más alto y ruidoso que podían según el guitarrista William Reid. Es un lío de ruido y estática, de encanto y pasión, de melancolía ensordecedora y de rabia explosiva. Todo eso repartido y perfectamente suministrado en menos de 35 minutos, ayudaron a Jesus And Mary Chain a lograr la dirección deseada de ser una banda de rock que logró tener éxito entre la emergente escena de la electrónica a finales de los años 80 y la para ya casi entonces muerte de la new wave y el post punk de aquellos días. La apertura del álbum inicia con “Just Like Honey” que es considerada una de sus máximas creaciones, un clásico de culto que los sigue manteniendo vigentes y llegando a jóvenes escuchas al rededor del mundo y en donde como dato curioso, Bobbie Gillespie de Primal Scream toca la batería, al igual que en todas las canciones del álbum. Psychocandy es, sin duda, merecedor de todos los elogios posibles como pionero de una nueva forma de hacer canciones a través del ruido, sus letras, y la forma en que se presentaban en vivo, sus shows eran míticos por solo tocar 25 minutos y después abandonar el escenario sin importarles nada. Este álbum es la perfecta conjunción de melodías brillantes detrás de letras tristes sobre el amor perdido pero a su vez con muchas  insinuaciones al sexo, todas lanzadas como un poema penetrante, entre el blanco y el rojo, entre el rojo y el negro de su hermosa portada también. The Jesus And Maryu Chain es una de esas últimas grandes bandas de rock and roll de las cuales aún podemos seguir disfrutando.

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Sun Ra Arkestra y la mitología egipcia, sesiones y grabaciones místicas

Es el año de 1971, corre el mes de diciembre, y la Arkestra de Sun Ra aterriza sobre uno de los lugares más místicos y poderosos sobre la faz de la tierra: Egipto, en donde grabarían sesiones musicales para la posteridad que ahora podemos disfrutar.  Para nadie que sea un allegado al arte de Sun Ra, es un secreto que, la mitología egipcia siempre formó parte fundamental de sus creencias y visiones acerca del espacio y la humanidad, uno de sus máximos distintivos fue ser siempre un incansable explorador de los antiguos reinos africanos, de sus formas de vida y de sus formas de pensar y sobre todo, de transmitir la música, siempre fueron un constante océano de ideas para él y la orquesta de músicos que siempre le acompañaron por su viaje eterno al cosmos.   Estas grabaciones son cortesía de Thomas Hunter alias “Bugs”, miembro de la Arkestra, y que en su momento, también capturó  a todo el colectivo musical de Sun Ra en las pirámides en aquel diciembre de 1971, creando una teletransportación audiovisual a su universo interestelar. Un hecho sin precedentes para ese entonces, con ese tipo de música, arte, amor y entrega. El jazz intergaláctico-espiritual en su máxima expresión. Un suceso que está registrado en el disco Sun Ra Egypt 1971 y también en otro plano esteral, podemos escuchar el The Sun Ra Arkestra Meets Salah Ragab In Egypt,  los cuales son un portal hacia la música de las esferas.                                                  

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Mateo Lafontaine y Década 2, la música electrónica de nuestra civilización

Década 2, transformando la realidad con máquinas y sintetizadores desde 1985, un legado que se enciende más no se apaga con la triste e inesperada muerte de Mateo Lafontaine el 29 de octubre del 2020.   “La música electrónica de nuestra civilización”, extraída de una de las canciones más icónicas de Década 2 y que si duda ilustra perfecto lo que siempre proyectaron. Década 2 nos deja un legado invaluable de música electrónica pesada, oscura y no comercial, y nos preguntamos: ¿cómo es que de repente aquél ruido tan ‘underground‘ de la ciudad conecta con los entes y las almas más ruidosas de las personas en tiempos actuales? Ellos, éste dueto; lo ha logrado, mirando a los rincones del cielo de la ciudad y jamás a La Voluntad de Dios sino a su gente, a su arquitectura, a los Electroafectados y a la naturaleza misma, en donde lo más importante es seguir siendo fieles a sus principios logrando crear su propio Alfabeto, imaginando desde arriba aquel intervalo sonoro ideal que la música local tiene que ofrecer. Todo se va y todo vuelve en más de 30 años, más de 30 años cantando, escuchando, regalando un poco del intelecto y aprecio musical con el que fueron formados Los Decretos Del Poder que los caracteriza a través de su síntesis. Esa síntesis que siempre amo Mateo Lafontaine.     Mateo deja temas e inspiración  que se han convertido en un estandarte para el dueto y para sus seguidores, quienes les recuerdan por dejar un legado impresionante en el mundo de la música desde los ‘80. Es innegable el aporte que Década 2 ha tenido tomando cada instante desde su existencia, rebelándose ante las leyes para describir un movimiento celeste que ha llamado y sigue llamando la atención en nuestra concepción del universo electrónico, ya que la música que han creado ha llegado a varios rincones del mundo e incluso han musicalizado películas. Han dividido los cielos y se han hecho paso por sí mismos en dónde la matemática empieza a cada instante y a cada instante otras matemáticas comienzan, una revolución, un estilo de vida, un amor a las máquinas más que a la vida misma o viceversa y en combinaciones muy paralelas.     La huella que ha dejado Mateo Lafontaine en nuestras memorias junto con Década 2,  los catapulta como humanos musicales que tuvieron  visionarias y artísticas expresiones sobre el sonido, desarrollo y actual situación del que quizá sea el fenómeno sonoro más importante del siglo XX: la música electrónica. Es evidente que la aparición de Década 2 sea la consecuencia de las profecías, de las aspiraciones y del trabajo lúcido de escritores, arquitectos, científicos, tecnólogos, compositores y músicos y no-músicos a través de una coherente evolución en un devenir histórico que abarca muchos años atrás, como Walt Whitman escribió alguna vez: “los infinitos héroes desconocidos valen tanto como los héroes más grandes de la historia”.     Década 2 y Mateo Lafontaine permanecerán influyendo hoy en día y eso es una realidad, poco a poco se han ido generando más espacios para disfrutar este tipo de sonidos y ellos son pioneros totalmente, y Mateo un incansable necio aferrado que siempre creyó en sí mismo, y es eso, la entrega de muchas dosis que siguen evolucionando y vitalizando con todas y cada una de sus presentaciones en vivo de las que muchos de nosotros pudimos disfrutar.     Su Cinturón de Orión no descansará y es precisamente esa insistencia la que los ha llevado a encontrar una percusión constante que cada vez Mateo añadió un brillo perceptible. Sus producciones levantadas por los sintetizadores y cajas de ritmos más influyentes de la historia y de la nuestra, sobre todo, la nacional, se alzan vivaces y las corrientes más apegadas a la electrónica los han hecho generar música con muchos Días de Voluntad desde 1985 hasta la fecha.     Gracias a Carlos García y a Mateo Lafontaine por comenzar de cero cuando no había nada,  y también a su vez, por resucitar las veces que hayan sido necesarias, por crear, por generar nuevos espacios, nuevos sonidos, nuevos capítulos, nuevas pendientes, por inspirar a Nuestra Profética Juventud y sólo de esa forma abrir nuevos equilibrios en una escena como la nuestra, que es difícil, que es complicada y que no siempre jala parejo,  y también gracias Mateo, hacernos ver que por donde la oscuridad brilla más que nunca; no todo es rudo, áspero o tétrico.  Que las órbitas de arenas movedizas en dónde el tiempo no sabe volver resplandezcan en la noche que cada fan escuche tus canciones por recuerdos o por sensaciones infinitas, pronunciando remolinos y tormentas, un despertar pleno en la pista del que aún se atreve a bailar.     Un legado que se enciende más no se apaga con la triste e inesperada muerte de Mateo Lafontaine, y nos volvemos a preguntar como en un principio: ¿cómo es que de repente aquél ruido tan ‘underground‘ de la ciudad conecta con los entes y las almas más ruidosas de las personas en tiempos actuales? Nos sentimos honrados de haber llegado a su música y que otros músicos a su ves se hayan inspirado en sus locuras. Tres décadas y un poco más han pasado desde que el ecosistema electrónico de México se nutriera con su fuerza creativa. Más de tres décadas de exploración musical. Síntesis crítica y constructiva, aunque a veces eso no cayera bien o fuera bien recibida por algunos, porque si bien es cierto y para nadie es un secreto, Mateo apoyó a nuevos productores pero también fue duro con parte de las nuevas generaciones que no vivieron los años y época que a él le tocó vivir. Música independiente y trascendental: “Esta es la voz, la voz de DECADA 2”.     Sus decretos del poder entre la música y las máquinas, nos dejan una incontable lista de lanzamientos  y por fin su primer disco recopilatorio: The Vox, Vol. 1 (1985-1989) y próximamente un libro

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La Locura de Machuca 1975​-​1980, psicodelia afro-caribeña vía Analog Africa

La Locura de Machuca 1975-1890 es básicamente la historia de la extraña odisea de un hombre en la música underground internado y explorando la costa de Colombia y los sonidos pasionales, étnicos e hipnóticos de esa zona que ayudó a sacar a la superficie influenciada por el afrobeat.   Analog Africa acaba de realizar una labor titánica editando este brillante compilado de la música colombiana a mediados de la década de los 70s, como bien sabemos actualmente, los sonidos como el bolero y el vallenato son icónicos de ese país, y es aquí cuando aparece nuestro héroe de la historia: Rafael Machuca, quien fue un visionario gurú que se dedicó a lanzar algunos de los más extraños y experimentales fusiones con ritmos en las vibraciones de la psicodelia afro-caribeña en Colombia, en donde los géneros como el abrobeat y el afro funk estaban muy impregnados, el resultado es increíble, tienen todos esos instrumentos clásicos del género fusionados en algunas canciones con sintetizadores también.   Escucha La Locura de Machuca 1975-1890 por Analof Africa vía Bandcamp aquí.  

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The Battle of Mexico City, el concierto de Rage Against The Machine en 1999, disponible en plataformas digitales

The Battle of Mexico City, aquel concierto legendario de Rage Against The Machine el 28 de octubre de 1999, ahora se disponible en todas las plataformas digitales. The Battle Of Mexico City fue un concierto (que fue grabado) en el Palacio de los Deportes de la Ciudad de México el 28 de octubre de 1999, como parte de su gira The Battle of Los Angeles Tour. Rage Against The Machine ha ha lanzado en varias plataformas digitales este emotivo concierto para celebrar el aniversario de esta trascendental primera aparición en CDMX. En este link puedes escoger escucharlo en tu plataforma preferida: https://rageagainstthemachine.lnk.to/TheBattleofMexicoCity  Los días en los que Rage tocaba en la Ciudad de México se vivía la longeva huelga de estudiantes la UNAM; eran momentos de agitación social y política en México, aún con la efervescencia del movimiento EZLN y por el próximo cambio de poder en México, del PRI al PAN. El público asistente a este concierto fue muy joven, oscilando en su mayoría entre los 14 y los 23 años de edad; es decir, con miles de menores de edad, que aún lo recuerdan como uno de los conciertos más memorables en su vida. En una época en la que, dicho sea de paso, no existían tantos conciertos masivos como sucedería posteriormente en la primera década de los años 2000 y en la de los 2010.

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La época dorada de la psicodelia en España

La psicodelia española con sus loops infinitos y reverberación pomposa. Por definición, un sonido que replica las experiencias con setas mágicas, mezcalina o LSD parecía no tener cabida en la España de los 60, cuando el aislamiento cultural y el paternalista nacionalcatolicismo sirvieron de barrera contra las sustancias alucinógenas que, en los territorios vecinos, ya eran de lo más mainstream. Triste proceder. Todos los conjuntos (término que, por cierto, deberíamos recuperar) se veían obligados a enviar sus discos a la Dirección General de Radiodifusión y Televisión, que calificaba como «no radiables» aquellos títulos relacionados con el contacto físico, el mundo de la noche y, en general, que filtraran cualquier atisbo de vicio.   Las bandas psicodélicas que se oteaban en el horizonte anglosajón casi no consiguieron ser «radiables». Pero, en España, hay algunos tesoros enterrados. Smash, con su fusión de psicodelia y folclore andaluz, sí consiguieron franquear al mismo Franco.         Los sevillanos, pioneros del underground progresivo, dejaron un documento inestimable, el «Manifiesto de lo borde» donde, además de criticar la esclavitud moral de sus coetáneos, plantean una forma de vida disruptiva:   “No se trata de hacer ‘flamenco-pop’ ni ‘blues aflamencado’, sino de corromperse por derecho. Sólo puede uno corromperse por el palo de la belleza. Imagínate a Bob Dylan en un cuarto, con una botella de Tío Pepe, Diego el del Gastor, a la guitarra, y la Fernanda y la Bernarda de Utrera haciendo el compás, y dile: canta ahora tus canciones. ¿Qué le entraría a Dylan por ese cuerpecito? Pues lo mismo que a Manuel Molina cuando empieza a cantar por bulerías con sonido eléctrico: Aunque digan lo contrario, yo sé bien que esto es la guerra, puñalaítas de muerte me darían si pudieran.”               Gualberto García, guitarrista de Smash y otras bandas de rock andaluz, cuenta, en una entrevista para efeeme, cómo tocaban canciones de Pink Floyd, Yardbirds, Beatles o Hollies ante oídos españoles inexpertos que sólo pedían pasodobles. Los tiempos eran rancios y anárquicos, por lo que Gualberto dejó el grupo por un tiempo (era demasiado «suave y comercial») y voló a EEUU para vivir la contracultura del Woodstock y Jimi Hendrix. Pero si hay una piedra angular del rock progresivo andaluz, tiene que ser Triana. Atención a esta maravillosa portada: tres jipis mezclando psicodelia con flamenco en un patio andaluz.               Guarda ciertas reminiscencias con la portada del Before Today, de Ariel Pink’s Haunted Graffiti. ¿Es el de Triana el primer graffiti de la historia con el nombre de la banda pintado en la pared? Misma década de los 70’s, misma España gris, surge en Barcelona otra genial banda de rock psicodélico, con influencias acid-folk, Pan y Regaliz. Se atrevieron a cantar en inglés y consiguieron un sonido muy carismático, con influencias africanas. Su paso, desafortunadamente, fue breve. Su música era tan buena que llegaron a pincharla en varios pubs ingleses.     En mayo del 71, Granollers fue epicentro del primer Festival de Música Progresiva en España (y el primer festival al aire libre). Sus asistentes, la también primera generación de soñadores psicodélicos y valientes, jugaron por unas horas a ser libres. Durante esas intensas noches de amor, paz, alucinógenos y buena música, tocarán Smash y Pan y Regaliz, junto a otras bandas como Maquina!, más jazzeros y eléctricos. Barcelona, siempre aventajada en creación artística, parió otro de los mejores sonidos del progresivo español. También asistiría el excéntrico Pau Riba, autor del primer disco de rock de la historia en catalán. Sus letras son una crítica feroz al ecosistema burgués y ultra católico de la sociedad catalana, donde él mismo había nacido. En pleno 1970, se calcó esta portada del Niño Jesús reposando en un jardín psicodélico, en su genial álbum Diòptria. Su incapacidad congénita para adaptarse a su puritana familia le hizo huir al reducto jipi de Formentera, donde viviría en una cueva, sin agua corriente y lejos de la civilización pudiente. Tras su peregrinaje rural, volvió a Barcelona, para seguir contribuyendo en la contracultura catalana más transgresora.  Pese al papel primordial del festival de Granollers en la historia de la música española, la mala prensa hizo que su segunda edición jamás viera la luz. El sensacionalismo al servicio del régimen pintó el festival como una orgía de drogadictos disfrazados, mientras el resto de la sociedad seguía sumergida en un anacronismo ajeno a cualquier inquietud cultural. Posteriores a Granollers, pero también catalanes, son Gotic. En el 78, lanzan el dulce Escenes, un rock sinfónico virtuoso y romántico, puramente instrumental y con ciertos toques de jazz. Una de esas pequeñas joyas que, tristemente, se escaparon del recuerdo colectivo cuando terminó el apogeo del progresivo.   Más allá de Andalucía y Cataluña, también hubo vida. Crack, asturianos haciendo también rock sinfónico en plena industrialización, sólo duraron un año. Sin embargo, Si todo hiciera crack es un disco épico, en todos los sentidos; una armonía preciosista de guitarras, teclado y flauta. A pesar de sus majestuosas composiciones, pasaron sin pena ni gloria por España, aunque sí recibieron alabanzas desde el extranjero.   Pero el sinfónico más luminoso vino, por supuesto, de las islas. Los Canarios, con Teddy Bautista (más tarde, presidente de la SGAE) al frente, también le dieron al progresivo con su joya Ciclos, una dimensión onírica de Las cuatro estaciones de Vivaldi. Por desgracia, es su único disco de este género, bellamente artificioso y con instrumentación electrónica potente. Las cuatro estaciones son sustituidas por las cuatro etapas del desarrollo humano: niñez, juventud, madurez y vejez. Este fragmento, Paraíso remoto, con una estructura orquestal y matices folk, inicia el álbum.     Algunos supieron incorporar la psicodelia al hype del momento, el pop, y saborear el éxito. En la Madrid castiza de los 70, dos mujeres, Vainica Doble, lanzaron su primer single, Caramelo de limón, una oda popera-psicodélica al aperturismo.   La portada, del artista Iván Zulueta, representa una plaza de toros: en el ruedo, la España que

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