Depósitio Sonoro

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Stereolab – Instant Holograms on Metal Film: Radiografías del futuro a través del pop retrofuturista

Veintitantos años después de haber definido una estética que parecía pertenecer al futuro y al pasado al mismo tiempo, Stereolab regresa con Instant Holograms on Metal Film, un álbum que revalida su papel como alquimistas del pop conceptual. Lejos de ser un simple regreso nostálgico, el disco expande su paleta sonora con una claridad casi holográfica, como si los sonidos vinieran impresos sobre el mismo material reflectante del título: pulidos, brillantes, en capas, pero con un mensaje que atraviesa el tiempo. Filosofía retrofuturista en alta resolución Desde los primeros segundos del corte de apertura, “Anti-Gravitational Days”, queda claro que Stereolab no ha perdido la capacidad de componer desde una lógica propia, una que conecta el krautrock motorik con loops electrónicos al estilo Broadcast, sintetizadores analógicos burbujeantes, y la voz suave de Lætitia Sadier operando como guía filosófica más que como vocalista. En este disco, Stereolab suena menos vintage y más transdimensional. La textura analógica sigue ahí, pero ahora pareciera que han absorbido las lecciones de las generaciones que ellos mismos influenciaron: desde el post-rock glitch de Tortoise hasta el art-pop de Cate Le Bon, pasando por la psicodelia sintética de Melody’s Echo Chamber. Corte y montaje: estructura en collage Instant Holograms… no es un álbum que funcione en línea recta. Su estructura recuerda a un montaje cinemático. Temas como “Le Son Géométrique” y “Eternal Scanning Apparatus” se fragmentan, se recomponen, mutan sobre sí mismos, como si Stereolab hubiera tomado ideas del cubismo sonoro y del collage dadaísta, un recurso que ya venían trabajando desde Dots and Loops (1997), pero que aquí se siente más refinado. Los arreglos de cuerdas digitales conviven con percusiones sintéticas minimalistas, guitarras limpias con delays al estilo bossa nova de ciencia ficción y textos hablados en francés e inglés que alternan entre lo poético y lo político. Utopía crítica: pensamiento dentro del pop Como ha sido su marca durante décadas, Stereolab no se limita a hacer música “bonita”; su pop es una plataforma de reflexión. “All holograms are real in the eye of the system”, recita Sadier en “Ontology Loops”, una pieza que desentraña la idea de la imagen simulada como herramienta de poder. Hay aquí una crítica a la era digital sin caer en sermones, sino tejiendo conceptos filosóficos dentro de melodías dulces. En lugar de denunciar desde lo explícito, Stereolab sugiere, pregunta, insinúa. El título del álbum es revelador: Instant Holograms on Metal Film es una imagen ambigua, pero poderosa, que podría aludir a la forma en que nuestras realidades se proyectan y se registran—una crítica sutil a los dispositivos de la memoria contemporánea y al archivo como forma de control. Relevancia en 2025: más actuales que nunca Stereolab ha sido constantemente redescubierto por nuevas generaciones. Su reactivación a mediados de la década de 2010, impulsada por reediciones y festivales, se ha transformado en una nueva etapa creativa que evita el cliché del “revival”. Este nuevo álbum no solo revitaliza su legado: lo reactualiza. Mientras bandas nuevas copian su estilo superficialmente, Stereolab demuestra por qué su música sigue siendo radical: porque nunca fue sobre la estética, sino sobre el pensamiento. Conclusión: un manifiesto sónico Instant Holograms on Metal Film es, en el mejor de los sentidos, un disco difícil de etiquetar. Es pop intelectual, electrónica orgánica, krautrock meditativo, arte conceptual disfrazado de canción. Como toda obra importante, no busca complacer de inmediato: exige escucha, reflexión y tiempo. Y en ese proceso, Stereolab vuelve a hacer lo que siempre ha hecho: expandir los límites del pop como forma de pensamiento.

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Flickering Resonance, el nuevo disco de Pelican, una etapa madura

Flickering Resonance, el séptimo álbum de estudio de Pelican, marca un hito significativo en la evolución de la banda de post-metal instrumental de Chicago. Lanzado el 16 de mayo de 2025 a través de Run for Cover Records, este trabajo representa el regreso del guitarrista fundador Laurent Schroeder-Lebec, quien no había participado en una grabación de estudio desde What We All Come to Need en 2009. Un Renacimiento Sonoro Desde su formación en 2001, Pelican ha sido reconocida por su capacidad para fusionar la pesadez del metal con paisajes sonoros atmosféricos. En Flickering Resonance, la banda continúa esta tradición, ofreciendo composiciones que equilibran la intensidad con la introspección. La producción, a cargo de Sanford Parker en Narwhal Studios, captura la esencia orgánica del grupo, destacando la interacción entre las guitarras de Schroeder-Lebec y Trevor de Brauw .Wikipedia+3MusicRadar+3Wikipedia+3 Composiciones que Invitan a la Reflexión El álbum consta de ocho pistas que exploran una variedad de emociones y texturas:MusicRadar+1Wikipedia+1 Cada pieza se desarrolla con una narrativa instrumental que permite al oyente sumergirse en paisajes sonoros ricos y dinámicos. Por ejemplo, “Evergreen” y “Indelible” evocan las raíces doom-metal de la banda, mientras que “Cascading Crescent” ofrece una experiencia más melódica y expansiva .The Flenser Recepción Crítica La crítica ha recibido Flickering Resonance de manera positiva. Kerrang! destacó que el álbum es “una obra energizante” que muestra a Pelican operando en la cima de sus capacidades . Echoes and Dust señaló que el disco presenta a una banda revitalizada, manteniéndose fiel a su sonido característico sin dejar de evolucionar .Kerrang!Echoes And Dust Sin embargo, algunas opiniones han sido más críticas. En foros como Reddit, algunos oyentes expresaron que el álbum carece de momentos de explosión o innovación, describiéndolo como “genérico” en ciertos aspectos . A pesar de ello, muchos fanáticos de larga data han encontrado en Flickering Resonance una continuación satisfactoria de la trayectoria de Pelican. Conclusión Flickering Resonance representa una etapa madura en la carrera de Pelican, donde la banda equilibra su legado con nuevas exploraciones sonoras. El regreso de Schroeder-Lebec aporta una dimensión adicional al sonido del grupo, y la producción cuidadosa permite que cada instrumento brille. Para los seguidores del post-metal instrumental y aquellos interesados en composiciones que invitan a la introspección, este álbum ofrece una experiencia auditiva rica y gratificante.

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Escucha el nuevo soundtrack de la miniserie The Bombing of Pan Am 103, creado por Mogwai

Mogwai, célebre por sus paisajes sonoros post-rock, firma la partitura original de la serie británica The Bombing of Pan Am 103, estrenada el 18 de mayo de 2025. El soundtrack fue publicado digitalmente el 18 de mayo a través de Rock Action Records, coincidiendo con el debut en BBC One y Netflix. La música acompaña con sutileza dramática la reconstrucción del atentado de Lockerbie de 1988 y las investigaciones subsiguientes, combinando guitarras reverberantes, capas de sintetizador y momentos de quietud contemplativa. The Bombing of Pan Am 103 es una dramatización británica de seis episodios sobre el atentado aéreo de Lockerbie en 1988. Estrenada el 18 de mayo de 2025 en BBC One (Reino Unido) y distribuida mundialmente por Netflix, la serie reconstruye la investigación anglo-estadounidense que siguió a la explosión del vuelo Pan Am 103, subrayando tanto el rigor forense como el impacto humano de la tragedia Contexto Histórico El 21 de diciembre de 1988, una bomba en la bodega de Pan Am Vuelo 103 explotó sobre la ciudad escocesa de Lockerbie, causando la muerte de 259 pasajeros, 16 tripulantes y 11 habitantes de la localidad NBC. La serie aborda cómo se coordinó la investigación entre la policía de Strathclyde y el FBI, y cómo emergió la compleja batalla jurisdiccional que culminó en el juicio del principal sospechoso en Camp Zeist, Países Bajos The Guardian. Identidad musical de Mogwai Desde su formación en 1995, Mogwai ha establecido un lenguaje sonoro caracterizado por crescendos épicos y texturas detalladas Wikipedia. Su experiencia en bandas sonoras de proyectos como Zidane: A 21st Century Portrait (2006) y Atomic (2016) los posiciona como artesanos de atmósferas sonoras capaces de narrar emociones sin necesidad de letra Wikipedia. Proceso de composición y estilo Según Film Music Reporter, Mogwai comenzó a trabajar en la partitura en los primeros meses de 2025, sincronizando imágenes de archivo y recreaciones dramáticas para tejer un entramado sonoro que oscila entre la tensión y la melancolía filmmusicreporter.com. El grupo aprovechó su estudio en Glasgow, Castle of Doom, para experimentar con guitarras tratadas y sintetizadores modulares, buscando una paleta sonora que enfatizara tanto el drama judicial como la intimidad de las víctimas y sus familias filmmusicreporter.com. Temas y pistas destacadas Estas composiciones ejemplifican la manera en que Mogwai utiliza el silencio y los pasajes de energía contenida para potenciar la narrativa visual

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Entrevista a Vida Vella

Tras años de ser el motor rítmico de influyentes bandas de culto, el músico tijuanense radicado en Nueva York, Luis Gabriel Illades, da un giro audaz en su trayectoria y asume el rol de cantautor con Vida Vella, su nuevo e inspirador proyecto. Su álbum debut, “Panorama”, vió la luz el pasado 21 de marzo de 2025 a través de Beso y Abrazo Records y estará disponible en todas las plataformas de streaming. Además, el vinil llegará a tiendas mexicanas en mayo de 2025. Tuvimos una charla con èl sobre su nuevo lanzamiento. 1. Luis, llevas más de 20 años viviendo en Nueva York. ¿Cómo influye tu identidad tijuanense en tu forma de componer, aún estando tan lejos del lugar donde creciste?Todavía vivo en Tijuana parte del año y en Nueva York parte del año. Una cosa que noté al escribir las canciones y ser de una cultura fronteriza es el uso de “pochismos” a veces. Es algo mas aceptado ahora pero cuando era niño y íbamos de visita al interior del país, nos veían como idiotas o degenerados hablando así.La canción (Sin Alivio en Atlántida) está fuertemente influenciada por Tijuana y pasar por playas hermosas pero muy contaminadas por plásticos y aguas residuales, lo que genera una sensación de desesperanza de inminente ruina ecológica. No puedo afirmar que esto sea un hecho, pero mi reacción inicial es siempre culpar al consumismo estadounidense por esto. 2.Tijuana y Nueva York son ciudades fronterizas, pero de fronteras muy distintas. ¿Cómo ha dialogado esa dualidad en tu música a lo largo de los años?Un aspecto que refleja esto es la canción “El Chico Francés” del álbum que trata sobre tener un encuentro romántico con un extranjero que llega a un pueblo y luego deja al protagonista varado y abandonado. Esto es también un reflejo de las variaciones en el acceso a la movilidad. También es una interpretación de intentar expresarse con alguien que no habla su idioma y encontrar amor y puntos en común en ausencia de palabras. Esto lo vimos más en Tijuana con los estadounidenses, pero en Nueva York también es común con personas de todo el mundo. 3.¿Qué aspectos de tu herencia mexicana sientes que cobran más fuerza cuando los reinterpretas desde el contexto neoyorquino?Luché mucho con la identidad en mi juventud. ¿Qué significa ser hombre y salir del closet? ¿Cuáles son las expectativas de la herencia mexicana cuando uno viaja y siente curiosidad por otros caminos? Siento que me dieron una lista de reglas sobre las expectativas al nacer y luego pasé años tratando de liberarme de las expectativas, solo para obtener otra lista de reglas en cada subcultura sobre la que tenía curiosidad: identidad LGBT, identidad punk, identidad masculina o no binaria, identidad urbana, identidad artística. Con el tiempo aprendo que dos verdades opuestas no se anulan, esa es la dialéctica: encontrar la síntesis entre esto que eres tú. ¿Puedes apreciar a Vicente Fernández y también ser skater? ¿Puedes ser un hombre gay y también tener una relación de respeto mutuo con tu padre heterosexual, tus primos y tus tíos? 4.Grabaste tu disco con músicos estadounidenses y una banda del estado de Guanajuato. ¿Cómo surgió esa colaboración y qué buscabas con ese contraste de estilos y sensibilidades?La mayor parte de mis años de gira y grabación han sido en Estados Unidos y Europa, nombraré ese contexto de inmediato. Traje a mis músicos favoritos con los que he tocado durante los últimos 30 años para este proyecto. Estos músicos estadounidenses aportaron al álbum una influencia de “indie rock” y una especie de “southwest” que evoca la frontera. Invitar a algunos de los músicos de Guanajuato que trabajan en círculos folclóricos y orquestales parecía recordar una tradición de la época de mis padres en la Universidad de Guanajuato y la rica tradición del pueblo centrada en el Teatro Juárez y el desarrollo a la modernidad de ellos. 5.¿Qué retos y descubrimientos tuviste al combinar estos dos mundos sonoros tan diferentes? ¿Hubo momentos de “choque” cultural en el estudio que terminaron aportando algo nuevo?Curiosamente fue una gran combinación. Hubo algunas dificultades, como que los estadounidenses usaran notas como A, E, F y los músicos mexicanos hicieran referencia a “Fa, Sol, Re”, pero al final llegamos a una hermosa síntesis y comprensión. 6.¿Qué papel jugó el idioma (español/inglés) en la composición del álbum? ¿Lo ves como una herramienta expresiva, una barrera o un puente?Siempre quise expresar algo como una experiencia bilingüe. La mayor parte de mi vida ha sido una experiencia bilingüe. También noté diferentes lados de mí que se manifestaban en los dos idiomas. Las palabras en español terminan en vocales y eso se presta a un efecto más romántico y soñador. El inglés es una lengua germánica que termina en más consonantes y por tanto es más precisa y prudente en su presentación. Había diferentes formas de decir lo mismo con variaciones en el efecto y fue muy divertido jugar con eso. 7.Musicalmente, ¿qué géneros, sonidos o artistas fueron clave para dar forma a este disco? ¿Hay alguna influencia que te haya sorprendido encontrar durante el proceso?Al sentarme y darle forma a los demos de la canción buscaba la atmósfera. Como baterista, mi estilo de composición es parecido al de un simio, simple y rítmico en su composición. Una vez que se escribió la base de las canciones, establecer el tono fue una experiencia separada. Escuché mucho a Brian Eno y Massive Attack con respecto a preparar el escenario atmosférico. Le pedí al guitarrista Doug Hilsinger que participara porque él toca una orquesta de Brian Eno en San Francisco y eso me pareció muy relevante. Pero también estaba escuchando un disco de Charles Mingus ”The Black Saint and the Sinner Lady” y me gusta la brusquedad de cómo algunos de esos instrumentos entran y salen de las canciones y las canciones de óxido y sintonía como desarrollo del carácter en la comprensión de los instrumentos como un personaje. 8.¿Cómo describirías el sonido del álbum a alguien que nunca ha escuchado tu música pero quiere entender

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La nueva colaboración entre HEALTH y Chelsea Wolfe

HEALTH y Chelsea Wolfe han lanzado el sencillo “MEAN” el pasado 5 de mayo de 2025 a través de Loma Vista Recordings . Este tema marca la primera colaboración entre ambos artistas y fusiona la intensidad industrial de HEALTH con la atmósfera etérea y melancólica característica de Wolfe.​ Una fusión de mundos sonoros “MEAN” es una amalgama de sonidos donde la base electro-industrial de HEALTH se entrelaza con la voz fantasmal de Chelsea Wolfe, creando una pieza que oscila entre lo sombrío y lo sublime. La producción estuvo a cargo de Stint (conocido por su trabajo con Demi Lovato y Oliver Tree), mientras que la mezcla fue realizada por Lars Stalfors (SALEM, The Neighbourhood). La canción se caracteriza por una atmósfera densa y cargada de tensión, con sintetizadores pulsantes y texturas pesadas que envuelven al oyente en una experiencia auditiva inmersiva. La interpretación vocal de Wolfe añade una capa de vulnerabilidad y emotividad, contrastando con la agresividad sonora de HEALTH.​ Contexto y lanzamientos recientes Este sencillo llega en un momento de intensa actividad para ambos artistas. HEALTH se encuentra en medio de su gira RAT WARS EXPANSION TOUR, que comenzó el 3 de mayo en Nueva Orleans y continuará por Europa en junio, regresando a Norteamérica en otoño . Por su parte, Chelsea Wolfe ha estado promocionando su álbum de 2024, She Reaches Out to She Reaches Out to She, y se prepara para una serie de presentaciones en Estados Unidos y Australia .​Alternative Press+6Digger.mx+6Consequence+6The Needle Drop+3Chaoszine+3Treble+3 Recepción y expectativas La colaboración ha sido bien recibida por críticos y fans, destacando la capacidad de ambos artistas para crear una pieza que, aunque fiel a sus estilos individuales, logra una cohesión y originalidad notables. “MEAN” se presenta como una exploración de emociones intensas y relaciones erosionadas, temas recurrentes en las obras de Wolfe y HEALTH .​Stereogum+4Revolver Magazine+4Instagram+4 Este lanzamiento no solo enriquece las discografías de ambos artistas, sino que también abre la puerta a futuras colaboraciones dentro del ámbito del rock experimental y alternativo.​

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“Grief is a Garden: La evolución de Fotoform hacia un sonido más profundo y personal”

Con Grief is a Garden (Forever in Bloom), Fotoform demuestra que ha madurado no solo en lo sonoro, sino en lo emocional. Si su anterior trabajo, Horizons, era un grito desesperado, este nuevo álbum es una meditación, un viaje introspectivo que explora el duelo desde múltiples ángulos. Desde el inicio, el álbum atrapa con su atmósfera. Las guitarras envolventes y los bajos profundos crean una base sólida sobre la que Kim House construye sus letras, cargadas de imágenes vívidas y emociones crudas. “The Hollow” es un ejemplo perfecto: una canción que combina ritmos pulsantes con letras sobre la fragilidad humana, mientras que “Fallow” sorprende con su minimalismo acústico, demostrando que Fotoform no teme experimentar. Geoff Cox brilla con su trabajo de guitarra, que va desde líneas melódicas hasta distorsiones que evocan caos y dolor. Por su parte, Michael Schorr (batería) aporta ritmos que fluctúan entre lo hipnótico y lo desgarrador, como en “Bloom”, donde la percusión parece imitar el latido de un corazón herido. El álbum no es perfecto—algunas canciones podrían beneficiarse de un mayor dinamismo—, pero su coherencia temática y emocional lo compensa. Grief is a Garden no es un disco para escuchar de fondo; exige atención, y quien se adentre en él encontrará una experiencia catártica. Conclusión: Fotoform ha dado un paso adelante en su carrera, entregando un álbum que es a la vez oscuro y esperanzador. Una obra que confirma su lugar en la escena del post-punk moderno.

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Loscil – Lake Fire: Meditaciones sonoras desde el abismo líquido

Pocas figuras dentro del ambient contemporáneo han mantenido una coherencia estética tan profunda y, al mismo tiempo, una evolución tan matizada como Scott Morgan, mejor conocido como Loscil. Con una discografía que se extiende por más de dos décadas, el canadiense ha sabido convertir lo etéreo en cartografía, los drones en estados del alma y lo ambiental en una poética de lo inabarcable. Su nuevo álbum, Lake Fire, no solo reafirma su estatus como uno de los compositores fundamentales del ambient post-digital, sino que expande su lenguaje hacia terrenos aún más líquidos, abrasivos y emocionales. Fuego en el agua: una paradoja sonora El título Lake Fire ya contiene una contradicción. Una imagen imposible, tensionada entre dos elementos opuestos: el agua y el fuego. Y esa tensión recorre todo el disco como una constante estética. A diferencia de sus trabajos anteriores, que muchas veces evocaban quietud o contemplación mineral (Plume, Submers, Equivalents), este álbum se siente vivo, palpitante y por momentos, incluso violento. Inspirado en las crisis ecológicas, los incendios forestales que asolan los paisajes canadienses y los efectos del cambio climático, Lake Fire no es un álbum “ambient” en el sentido clásico. Es, más bien, una elegía ambiental que transita entre lo contemplativo y lo siniestro. Como si los drones habituales de Loscil comenzaran a arder desde dentro, dejando cenizas digitales flotando en la superficie. Diseño sonoro y texturas: una alquimia orgánica-digital Una de las constantes en la obra de Loscil ha sido su capacidad para hacer música electrónica con un alma orgánica, casi táctil. En Lake Fire, esta habilidad alcanza una nueva dimensión. Aquí, los sonidos se sienten erosionados por el tiempo, como si emergieran de una cinta magnética enterrada bajo tierra y desenterrada después de años. Loscil trabaja con síntesis granular, capas de ruido, grabaciones de campo manipuladas y efectos analógicos, creando paisajes que oscilan entre lo melancólico y lo apocalíptico. No hay melodías evidentes ni progresiones tonales claras. Todo es textura, saturación controlada, resonancia emocional. Los tracks nos introducen un pulso apenas perceptible, una especie de latido ambiental que recuerda la obra de William Basinski o Tim Hecker. Es importante notar que Lake Fire no busca ser bonito. Es un disco que incomoda, pero desde la belleza rota, desde una estética que asume el colapso como material compositivo. Contexto: Loscil y la ecología del sonido Scott Morgan ha sido, desde sus inicios, un compositor profundamente influido por la geografía. Ya sea las profundidades oceánicas (Submers), las nubes (Plume), los glaciares (Adrift) o la fotografía abstracta (Equivalents), su obra ha girado en torno a paisajes naturales como metáforas emocionales. Lake Fire da un giro temático importante: ya no se trata de contemplar la naturaleza, sino de presenciar su degradación. El lago está en llamas, la atmósfera está saturada, el futuro se derrite en el presente. Este viraje pone a Loscil en sintonía con una corriente dentro de la música experimental que aborda el colapso ecológico como eje narrativo: desde Lawrence English hasta Kali Malone o Marcus Fischer. Una escucha inmersiva, no lineal Lake Fire exige una escucha activa y profunda. No es un álbum para el fondo, ni para llenar espacios vacíos. Su duración, su construcción lenta y su carga emocional requieren atención sostenida, como si se tratara de una instalación sonora más que de una colección de canciones. El disco puede ser experimentado como un todo —una suite sin pausas ni clímax evidentes— o como fragmentos de un paisaje que muta lentamente. En ambos casos, se trata de una obra que dialoga con la percepción del tiempo, la atención y la fragilidad. Entre el minimalismo y el ruido Aunque emparentado con el ambient clásico (Brian Eno, Steve Roach), Lake Fire también se nutre del drone, la música electroacústica y el noise atmosférico. Hay momentos que rozan lo infrasonoro, otros que se acercan al silencio absoluto, y otros que raspan el umbral de lo disonante. Este equilibrio entre el minimalismo y el ruido recuerda a artistas como Fennesz, Rafael Anton Irisarri o Lawrence English, pero con la firma inconfundible de Loscil: una melancolía elegante que nunca cae en el sentimentalismo, una belleza devastada que no ofrece consuelo. Diseño y presentación Como es habitual en Loscil, el diseño visual del álbum acompaña perfectamente el concepto. Las imágenes asociadas a Lake Fire son abstractas, espectrales, tomadas del mundo físico pero alteradas, como si fueran capturas de un futuro radioactivo o de un recuerdo evaporado. Esta dimensión visual refuerza la idea de que el álbum funciona no solo como música, sino como objeto conceptual: una obra total que combina arte sonoro, crítica ecológica y percepción poética. Conclusión: fuego lento que no se apaga Lake Fire es uno de los discos más densos, inquietantes y emocionalmente poderosos de Loscil. No es fácil, no busca serlo. Es un álbum que retrata una era de crisis, donde el mundo arde mientras las aguas suben, y donde el silencio ya no es paz, sino amenaza. En tiempos de saturación sonora y ruido digital constante, Loscil ofrece una propuesta contraria: una inmersión lúcida en el abismo, una escucha que incomoda pero también sana, como si nos invitara a mirar de frente lo que preferimos evitar. Más que un álbum, Lake Fire es un ritual auditivo. Y como todo buen ritual, deja marcas.

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Niklas Paschburg — Oaxaca de Juárez: El susurro de la tierra y el eco del alma

Hay discos que se escuchan; hay otros que se respiran, se deslizan en la piel y se funden con los latidos. Oaxaca de Juárez, el nuevo trabajo del productor y compositor alemán Niklas Paschburg, pertenece a esta última categoría: una obra de atmósferas que parece tallada a mano por la luz del atardecer y el viento que cruza las montañas. Paschburg, conocido por su habilidad para fundir piano, electrónica minimalista y ambient orquestal, se sumerge esta vez en el corazón palpitante de México, inspirándose en las texturas, colores y ritmos de Oaxaca, una ciudad donde el tiempo se enreda en las raíces de los árboles y la historia respira en las calles. Un viaje sensorial Oaxaca de Juárez no es un disco documental, ni una postal sonora. Es algo más íntimo: una interpretación emocional de un lugar que lo transformó. Desde la primera nota, Paschburg invita al oyente a caminar descalzo por los campos de mezcal, a perderse entre mercados de colores vivos y cielos infinitos. El piano —su eterna brújula— es aquí más orgánico, casi terroso. Las melodías surgen como pequeños manantiales en la selva, acompañadas de beats electrónicos cálidos, susurros ambientales y una producción que respira amplitud, como si el estudio hubiese tenido ventanas abiertas al paisaje oaxaqueño. Naturaleza y memoria Cada tema parece atrapado entre dos mundos: el de la naturaleza vibrante y el de la memoria emocional.No hay prisas en Oaxaca de Juárez; la música fluye como el vuelo lento de un papalote, como una caminata por un pueblo donde cada esquina tiene una historia ancestral que contar. La influencia de la tradición mexicana no se manifiesta en clichés o fórmulas evidentes. Más bien, se siente en la manera en que el ritmo late como un tambor lejano, en cómo las armonías evocan la calidez del adobe, la sombra de las bugambilias, la melancolía dulce de los pueblos en la sierra. Un horizonte abierto Niklas Paschburg logra en Oaxaca de Juárez algo precioso: construir un paisaje sonoro que es a la vez físico y onírico.Uno escucha este disco y puede sentir el aroma del copal, el sol que se derrite en los cerros, las noches estrelladas sobre ruinas antiguas.Es un trabajo que habla de travesías interiores, de cómo el arte puede traducir lo intangible: la sensación de pertenecer a un sitio aún siendo extranjero, de encontrar un refugio entre voces desconocidas. Es una carta de amor no literal, una exploración de la conexión entre el ser humano y la tierra.Con este disco, Niklas Paschburg no solo captura el espíritu de Oaxaca: lo transforma en melodía, en respiro, en un espacio donde cada nota parece abrazar al silencio.

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